Título: Hija de lobos
Autor: Víctor Conde
Editorial: Minotauro
Año de publicación: 2011
Número de páginas: 368
Precio: 5,95€
«Rhum era el último lugar que se me habría pasado por la cabeza a la hora de buscar refugio, pues sus campos deshabitados, sus mares de jacintos y las verdes jorobas del Cullin se quedarían grabados para siempre en mi cabeza como “el lugar donde todo empezó”.»
Escocia, 1826. La isla de Rhum está siendo desalojada con el fin de dedicarla a la cría de ganado. Sin embargo, un erudito en los misterios de la ciencia llega para ocupar la única casa que hay en la isla, una mansión de rotundos muros, acompañado por su hija adolescente y su hijo pequeño, que padece una terrible enfermedad.
Pero la presencia de los extranjeros parece haber despertado algo en la isla, algo antiguo y malvado que hasta entonces vivía sólo en las leyendas locales. La hija mayor, Sabine, deberá dejar atrás sus sueños de adolescente para enfrentarse a un mundo lleno de sombras y peligros, si quiere salvar su propia vida y la de su hermano...
Compré el libro hace unos meses, aunque no ha sido hasta ahora que lo he leído. La portada me llamó muchísimo la atención con ese toque oscuro y tenebroso. Además, la sinopsis parecía augurar una historia victoriana donde la licantropía estaría muy presente. Pero tengo que decir que la sinopsis engaña un poco. Parece que la han puesto para despistar.

Además, a lo largo del libro se ve la inmensa labor de documentación que tuvo que llevar a cabo el autor ya no solo sobre el tema de la licantropía, sino también sobre la época histórica en la que situó la trama. Esta fue una de las cosas que más me han gustado de este libro. Se van haciendo muchas referencias a hechos o personajes históricos que se recogen al final del libro en un índice. Aquí tengo que decir que esto me resultaba muy engorroso. Hubiera preferido mil veces que aparecieran notas al pie de página, no una recopilación al final. Y personalmente me habría gustado que aparecieran las traducciones de los textos que aparecían en latín.
Pasando a lo que es la trama, tengo que decir que la tercera parte me ha parecido la mejor. Eso sí, creo que es la más perturbadora de las tres. Salvaje y primitiva en todos los sentidos. Las dos primeras tienen ese ambiente gótico que nos esperamos al coger la novela, con esos toquecitos de relato de terror y con una atmósfera envolvente. La tercera parte ya es harina de otro costal.
Sabine es la protagonista que nos cuenta la historia desde la primera persona. Un pelín irritante al principio, bastante más madura al final, con algunas cosas de peón caminero en el medio. Todo esto acompañada de otros personajes de los que en algún momento se echa en falta mayor información y profundidad.
Pero tengo que decir, y ojo con el spoiler, que lo que menos me gustó fue el romance entre Chris Laycock y Sabine. Lo siento, me pareció la cosa más sosa y con más poca química del mundo aunque fuera determinante para la segunda mitad de la historia. Además, el Chris que aparece al final de la novela me parece completamente distinto al del principio. Es como si hubieran cambiado al personaje.
En fin, me parece que el autor saber llevar bien la intriga a través del libro. Su forma de escribir también invita a leer y, aunque alguna parte, sobre todo del principio, se hace un poco cuesta arriba, el libro merece la pena aunque solo sea por la historia que teje en torno a la licantropía. Pero no es el único tema, claro. También se abordan amor, superstición, fanatismo, terror, incluso un leve mensaje ecologista al final.
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